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jueves, 29 de agosto de 2013
domingo, 4 de agosto de 2013
Hechos novedosos actúan como "proteínas" que fortalecen la memoria
Científicos argentinos descubrieron que para que los recuerdos permanezcan durante mucho tiempo en la memoria deben estar asociados a un evento novedoso una hora antes o después del hecho, lo que proporciona a las neuronas "una síntesis de proteínas" extra que hace que la memoria sea más duradera.
"En nuestro cerebro tenemos miles de millones de neuronas que se conectan mediante sinapsis y se cree que las memorias se guardan en las conexiones sinápticas situadas en regiones específicas del cerebro.
Cada neurona se conecta hasta con 10.000 neuronas mediante 10.000 sinapsis", explicó a Fabricio Ballarini, becario posdoctoral del Conicet.
El investigador precisó que a raíz de descubrimientos en roedores en los que se veía que "distintos tipos de memoria mejoraban a partir de la asociación con una actividad novedosa", decidió estudiar "si esos mismos hallazgos podían observarse en humanos" y, en ese caso, "lo útiles que podrían resultar para el sistema educativo".
"Lo que no estaba claro era cómo hacía la neurona para guardar esos recuerdos o sostener una conexión sináptica en el tiempo, por lo que elaboramos la hipótesis de `etiquetado conductual`, que trata de explicar de qué manera se pueden guardar los recuerdos", dijo.
Ballarini, de 34 años, quien actualmente trabaja en el laboratorio de Memoria de la Facultad de Medicina de la UBA, agregó que "cuando la novedad se da a tiempos lejanos (4 horas antes o después) no se notan mejoras" y precisó además que tiene evidencias de que este mecanismo funciona en distintas edades.
"Sólo hay que encontrar el efecto novedoso adecuado para que sea acorde con la edad", aseguró. Y explicó que para que los recuerdos perduren se necesita la síntesis de proteínas dentro de las neuronas.
"Una memoria que dura pocas horas puede ser reforzada por otro evento novedoso que le brinde esas proteínas, y transformarse así en una memoria duradera o a largo término. En otras palabras, la novedad ayuda a consolidar ese recuerdo que de otra manera se perdería", precisó.
A partir de estos descubrimientos, Ballarini se propuso realizar experimentos en alumnos de escuelas primarias.
"Dado que nuestra hipótesis estaba relacionada con los efectos de la novedad sobre un aprendizaje, razonamos que los niños se sorprenden más fácil que los adultos", aseguró.
Cuestionarios realizados a 1600 estudiantes de segundo a cuarto grado de ocho escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires permitieron inferir que la memoria de largo término puede ser mejorada mediante la experiencia de una clase novedosa de unos 15 minutos de duración, brindada una hora antes o una hora después del aprendizaje.
"Las actividades novedosas que probamos fueron dos, una clase de ciencia o una clase de música de entre 15 y 20 minutos.
El investigador precisó que a raíz de descubrimientos en roedores en los que se veía que "distintos tipos de memoria mejoraban a partir de la asociación con una actividad novedosa", decidió estudiar "si esos mismos hallazgos podían observarse en humanos" y, en ese caso, "lo útiles que podrían resultar para el sistema educativo".
"Lo que no estaba claro era cómo hacía la neurona para guardar esos recuerdos o sostener una conexión sináptica en el tiempo, por lo que elaboramos la hipótesis de `etiquetado conductual`, que trata de explicar de qué manera se pueden guardar los recuerdos", dijo.
Ballarini, de 34 años, quien actualmente trabaja en el laboratorio de Memoria de la Facultad de Medicina de la UBA, agregó que "cuando la novedad se da a tiempos lejanos (4 horas antes o después) no se notan mejoras" y precisó además que tiene evidencias de que este mecanismo funciona en distintas edades.
"Sólo hay que encontrar el efecto novedoso adecuado para que sea acorde con la edad", aseguró. Y explicó que para que los recuerdos perduren se necesita la síntesis de proteínas dentro de las neuronas.
"Una memoria que dura pocas horas puede ser reforzada por otro evento novedoso que le brinde esas proteínas, y transformarse así en una memoria duradera o a largo término. En otras palabras, la novedad ayuda a consolidar ese recuerdo que de otra manera se perdería", precisó.
A partir de estos descubrimientos, Ballarini se propuso realizar experimentos en alumnos de escuelas primarias.
"Dado que nuestra hipótesis estaba relacionada con los efectos de la novedad sobre un aprendizaje, razonamos que los niños se sorprenden más fácil que los adultos", aseguró.
Cuestionarios realizados a 1600 estudiantes de segundo a cuarto grado de ocho escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires permitieron inferir que la memoria de largo término puede ser mejorada mediante la experiencia de una clase novedosa de unos 15 minutos de duración, brindada una hora antes o una hora después del aprendizaje.
"Las actividades novedosas que probamos fueron dos, una clase de ciencia o una clase de música de entre 15 y 20 minutos.
Al otro día se tomó un examen y descubrimos que los alumnos que presenciaron el evento novedoso memorizaron mucho más efectivamente que quienes no lo presenciaron", comentó Ballarini.
Y añadió: "Nosotros realmente estamos fascinados por los resultados, ya que cuando analizamos los datos observamos que la proporción de chicos que respondía correctamente aumentaba un 200% en aquellos que habían tenido una novedad".
"Entonces mediante esta simple y breve estrategia y sin ningún tipo de esfuerzo extra, los alumnos mejoraban su memoria", remarcó.
El investigador consideró que "es fantástico que la novedad pueda aplicarse una hora antes o una hora después del aprendizaje que uno quiere mejorar" por lo que la indicación que se les puede dar a las maestras es que "cuando sepan que existe un contenido dificultoso para los alumnos, deberían generar una actividad novedosa que los saque de la rutina".
"Lo que pretendemos es no sólo demostrar que el fenómeno es aplicable a cualquier edad y a cualquier aprendizaje, sino que los docentes lo puedan emplear y que el sistema educativo sea consciente de la facilidad y las ventajas que tiene nuestra estrategia", concluyó.
Y añadió: "Nosotros realmente estamos fascinados por los resultados, ya que cuando analizamos los datos observamos que la proporción de chicos que respondía correctamente aumentaba un 200% en aquellos que habían tenido una novedad".
"Entonces mediante esta simple y breve estrategia y sin ningún tipo de esfuerzo extra, los alumnos mejoraban su memoria", remarcó.
El investigador consideró que "es fantástico que la novedad pueda aplicarse una hora antes o una hora después del aprendizaje que uno quiere mejorar" por lo que la indicación que se les puede dar a las maestras es que "cuando sepan que existe un contenido dificultoso para los alumnos, deberían generar una actividad novedosa que los saque de la rutina".
"Lo que pretendemos es no sólo demostrar que el fenómeno es aplicable a cualquier edad y a cualquier aprendizaje, sino que los docentes lo puedan emplear y que el sistema educativo sea consciente de la facilidad y las ventajas que tiene nuestra estrategia", concluyó.
sitio relacionado
sábado, 3 de agosto de 2013
"El corazón tiene cerebro"
Foto: Martín Belleau
Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia
IMA SANCHÍS
Que el corazón tiene cerebro es una metáfora, ¿no?
No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.
¿Es inteligente?
Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.
Primera...
La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
¿Significa eso que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar?
Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.
Segunda conexión...
La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.
Tercera...
La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.
Cuarta...
La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.
¿Y se ordena con las emociones positivas?
Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.
¿A qué conclusiones nos llevan estos descubrimientos?
El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. ¿ No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?
¿...?
Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.
¿Aparece con las emociones negativas?
Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.
...
Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.
Parece ciencia ficción.
Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.
Pues parece que nadie lo utilice...
Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.
¿Y cómo puedo activar ese circuito?
Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje...
¿Santos las 24 horas?
Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.
¿Y cómo nos libramos de ellos?
Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.
Ya.
Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva periodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepa qué hacer.
Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia
Ciencia y conciencia
Tras estudiar Matemáticas y la carrera de piano y órgano fue profesora en La Sorbona. Luego se instaló en India y participó en la creación de la comunidad de Auroville con Sri Aurobindo y Krishnamurti. Y poco después fundó en Quebec el Instituto para el Desarrollo de la Persona. Es autora de El poder de elegir, La libertad de ser y El maestro del corazón (Luciérnaga). Lleva muchos años investigando la intersección entre la ciencia y la conciencia y sus planteamientos son siempre rigurosos y están documentados.
lavanguardia.com
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