martes, 23 de noviembre de 2010

Dormir con televisión encendida causa depresión


Durante la conferencia anual de la Sociedad de Neurociencia de Estados Unidos, un grupo de científicos mostraron los resultados de un estudio que realizaron con hámsters, alrededor de las alteraciones que produce la luz nocturna en la conducta de los roedores.

Del total de la muestra, la mitad fue sometida a 16 horas de luz y ocho horas de luz tenue, mientras que los demás gozaron de las mismas horas de luz y ocho horas de total oscuridad.

Los investigadores señalaron que con el fin de que las hormonas no afectarán los resultados fueron retirados los ovarios de las hembras.

De acuerdo con información de BBC Mundo, después de unas semanas los científicos empezaron a notar cambios en la conducta de los hámster que dormían con luz tenue, por ejemplo, comenzaron a tomar una menor cantidad de agua azucarada.

A partir de lo anterior, los investigadores hicieron diferentes estudios en los roedores, notando que los hámster con conductas depresivas mostraban cambios en su hipocampo, una parte del cerebro que se encarga, entre otras cosas, de regular los ciclos noche y día en el cerebro de los hámster, así como de los humanos.

Los científicos que ya habían detectado resultados similares con ratones, creen que de alguna forma la luz afecta al hipocampo por lo que se desestabilizan las conductas de los roedores que corresponden a sus ciclos día noche.

Isabel

siiglo21.com

lunes, 22 de noviembre de 2010

La marihuana produce cambios en el cerebro



No es ninguna 'broma'; los adolescentes deberían pensárselo dos veces antes de iniciarse en el consumo regular de marihuana.

Los datos de un nuevo trabajo avalan que fumar 'porros' antes de los 16 años causa cambios en el cerebro, lo suficientemente serios como para afectar a ciertas capacidades cognitivas.

Se observan en los escáneres cerebrales que científicos del Hospital McLean, afiliado a la Universidad de Harvard (EEUU) han realizado a un grupo de 33 jóvenes fumadores a los que han comparado con 26 adolescentes sanos que no 'se daban' a los canutos.

Al parecer, aquellos expuestos a la marihuana de forma precoz muestran una activación en ciertas regiones del cerebro que no se detectó en los no fumadores.

Los cambios neuronales registrados no se 'captaron' tampoco en los jóvenes que se iniciaron en los 'porros' después de cumplir los 16 años, lo que sugiere que es la exposición temprana la que más impacto tiene en el cerebro.

Celso Arango, jefe de Sección de Psiquiatría en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y de la Unidad de Adolescentes de este centro, reconoce a ELMUNDO.es que "cualquier factor ambiental de suficiente intensidad puede producir cambios en cerebros plásticos , como los de los adolescentes.

El 'cannabis' o la marihuana no son una excepción. Además, se ha demostrado recientemente que aumentan el riesgo de esquizofrenia, sobre todo cuando el consumo comienza precozmente. Se sabe que su uso empeora el curso y pronóstico de personas con esta patología.

Por ello, no es sorprendente que se demuestre que también tiene efectos perjudiciales para la cognición".

Staci Gruber, director del departamento de Neuroimagen Cognitiva y clínica del centro estadounidense, defiende que "las investigaciones sobre cómo la marihuana produce cambios en los cerebros en desarrollo son muy importantes, dado que se trata de la droga ilegal que más se consume al otro lado del Atlántico".

En la investigación se realizó, asimismo, una batería de pruebas diseñadas para medir la función ejecutiva, que valora los procesos cerebrales responsables de las habilidades y comportamientos que implican el pensamiento abstracto, la toma de decisiones, la flexibilidad cognitiva y la corrección de errores.

"Los usuarios crónicos de la droga daban respuestas equivocadas de forma reiterada, a pesar de que se les avisaba del error.

Este hecho, que se observa en los bebés, se denomina falta de flexibilidad cognitiva", destaca el director del ensayo que ha sido presentado durante la celebración de la reunión anual de la Sociedad de Neuroimagen que se está celebrando en San Diego (EEUU).

Mayor consumo
El ensayo ha puesto sobre la mesa, además, que es mayor el número de adolescentes que se iniciaron antes de los 16 años en el consumo y que fuman más cantidad y más veces a la semana (un 25%) que el de los que se encendieron su primer 'porro' más tarde, un 12%.

"El grupo de inicio temprano fumaba casi tres veces más gramos de la sustancia a la semana", insiste el científico Gruber.

Pero los datos más relevantes de la investigación son los aportadas por las pruebas cognitivas.

Al parecer, los chicos y chicas más precoces en el uso de 'cannabis' cometieron el doble de errores en las pruebas de función ejecutiva que los que comenzaron más tarde.

El doctor Arango puntualiza, no obstante, que pese a estos resultados se debe tener en cuenta que "el problema con este estudio es que los que comienzan a usar la marihuana a muy corta edad tienen también otros factores de riesgo (familias más desestructuradas, más riesgo de accidentes, mala nutrición, etc.) que también se relacionan con una peor cognición".

"El cerebro en desarrollo es vulnerable ", asevera Gruber.

"Si se habla de legalizar la marihuana, antes hay que tener en cuenta que no es completamente benigna.

Es necesario establecer normas y guías para los más jóvenes teniendo en cuenta el gran número de adolescentes que la toma".

elmundo.es
el-informe.com

Afirman que el alzheimer puede ser dectectado 30 años antes


Un estudio realizado en España señaló que el alzheimer puede ser detectado 30 años antes de su aparición.

Esta revelación podría ayudar a que muchos pacientes puedan comenzar un tratamiento anticipado.

Según el libro "Enfermedades de Alzheimer y otras demencias" donde también se abordan temas como la depresión, la esquizofrenia, o el trastorno bipolar, se ha resaltado la importancia de la actuación del médico neurólogo y de otro asistencial para que esta enfermedad tenga un diagnóstico oportuno.

"Hoy sabemos que la enfermedad de alzheimer se podría diagnosticar hasta 30 años antes de su aparición, siempre y cuando pueda ser diagnosticada y el enfermo comience un tratamiento a tiempo", manifiestan los autores de la publicación.

rpp.com.pe

El cerebro está hecho para pecar



Los científicos ahora cuentan con herramientas tecnológicas para revelar la raíz de nuestros impulsos más oscuros, arraigados en lo más profundo de nuestro cerebro.

De acuerdo con estudios neurológicos, la evidencia es contundente: la naturaleza nos quiere malos.

Explore, de la mano de expertos, la naturaleza que nos impulsa a pecar.

Lujuria

El rostro de un hombre con marcas de labios rojos y unas manos que lo acarician

¿Alguna vez ha tratado de mostrarle una película pornográfica a alguien que está conectado a un escáner cerebral? No es una tarea fácil.

Primero, porque el escáner contiene un poderoso imán que atrae, a una alta velocidad, cualquier pieza metálica que no esté correctamente atornillada. Los componentes de los televisores no están a salvo.

A eso se suma el ruido. Los aparatos que emiten tomografías por resonancia magnética no son precisamente máquinas silenciosas. El zumbido se convierte en un intruso que indudablemente distraerá a todo aquel que intente relajarse para atestiguar una experiencia sexual.

Encima, el voluntario tiene que estar acostado en una posición perfectamente inmutable para que la persona que esté llevando a cabo la prueba pueda obtener una imagen nítida del cerebro.

Nosotros somos los títeres de la naturaleza que bailamos a un son que ha sido reforzado por generaciones

Todo apunta a que el proceso no permitirá que la experiencia de ver el film erótico sea placentera.

Sin embargo, los expertos de la Northwestern University de Illinois, en Estados Unidos, han logrado superar estas dificultades prácticas.

Películas eróticas son proyectadas en una pantalla detrás del escáner. El voluntario puede verlas a través de un espejo que está arriba de sus ojos.

Con el objetivo de acallar el ruido, los voluntarios usan audífonos que transmiten los sonidos que realmente necesitan escuchar.

Pero, los problemas no terminan ahí.

"En general, sabemos que los hombres están más interesados en el erotismo visual", señala Adam Safron, investigador de la universidad estadounidense. "Es una tarea mucho más difícil conseguir que una mujer alcance el mismo grado de excitación (que los hombres)".

Estos son algunos de los desafíos que enfrentan los neurólogos de Northwestern University cuando intentan entender qué pasa en los cerebros de los hombres y las mujeres experimentan deseos sexuales.

Su investigación es ciertamente poco usual y revela que estamos diseñados para pecar.

Las imágenes de resonancia magnética reflejan que el sistema límbico (encargado de procesar respuestas fisiológicas frente a estímulos emocionales) en ambos sexos se activa cuando vemos algo que nos gusta.

Estructuras como el núcleo accumbens, involucrado en el placer y en las ansias, son el corazón del sistema. Son la cara deleitable del pecado.

Existe una razón obvia detrás de nuestra inclinación hacia la lujuria: pasar nuestros genes. La Madre Naturaleza nos anima a desarrollar un interés activo en la procreación.

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Gula

Una mujer se devora un bocadillo

El sistema de circuitos de recompensa de nuestros cerebros también se activa cuando comemos. "Encontrar gratificación en ese tipo de cosas responde a una lógica evolutiva. Si queremos organismos que se reproduzcan, también queremos que coman".

No obstante, el acto de comer por sí solo no tiene nada de malo. Se convierte en un problema cuando se transforma en gula. Y parece que incluso en ese caso podemos culpar a la naturaleza.

Algunas personas se sienten avasalladas por los llamados de la naturaleza

Adam Safron, Northwestern University

"En el ambiente en el que evolucionamos, los alimentos eran más escasos. No había ni tortas de chocolate ni hamburguesas", apunta Safron. "Durante gran parte de nuestra historia (como especie), la vida era muy difícil y esas condiciones adversas fueron las que modelaron nuestros cerebros. Fue cuando se estableció cuánto queríamos los alimentos y cuán gratificantes nos parecen".

Así que lo que en un momento fue un instinto de supervivencia ahora está vinculado al pecado. De hecho, se ha convertido en un problema que afecta a unos más que a otros.

"Algunas personas se sienten avasalladas por los llamados de la naturaleza", explica Safron. "Están demasiado motivadas a conseguir ciertas cosas y terminan siendo poco saludables dentro de los actuales estándares de vida. Se trata de la misma predisposición biológica que, en el pasado, les hubiese permitido adaptarse bien (al contexto)".

Pareciera ser que muchos de nosotros, hemos nacido demasiado tarde. De hecho, algunos siglos después. Ese impulso irresistible por el pastel de chocolate nos hubiese dejado muy bien parados en el año 4.000 a.C.

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Pereza

Un hombre recostado en un sofá con una bebida en la mano

Safron también considera que la pereza o la tendencia a no hacer absolutamente nada tiene sus raíces en nuestro proceso evolutivo como especie.

"Nunca teníamos la certeza de cuándo volveríamos a ingerir una comida sustanciosa. Así que, si era posible, descansábamos. Las calorías que no quemábamos mientras llevábamos a cabo actividades, las podíamos usar para procesos corporales de crecimiento o de recuperación".

Así que parece ser cierto. La Madre Naturaleza ha diseñado nuestros cerebros de manera que ciertas cosas nos producen placer para maximizar nuestros chances de sobrevivir como especie y transmitir nuestros genes.

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Envidia

Una mujer con rostro de envidia

Pero no todos los pecados son placenteros. Un ejemplo es la envidia, ya sea que la sintamos cuando un colega es ascendido o cuando un compañero es seleccionado para jugar de titular primero que nosotros.

Nadie realmente disfruta ese sentimiento pero científicos en el Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japón han estado provocándolo deliberadamente.

A un grupo de voluntarios hombres se le presentó los perfiles de personas:

  • Un hombre muy inteligente, con metas similares en la vida que los voluntarios, popular entre las mujeres y con una novia muy atractiva.
  • Una mujer exitosa, inteligente, atractiva para los hombres, pero con diferentes objetivos en la vida que los voluntarios.
  • Una mujer mediocre y nada popular.


Las mismas descripciones se le mostraron a un grupo de voluntarias, aunque con el género de los ejemplos al revés.

La envidia es una emoción dolorosa

Hidehiko Takahashi, Instituto de Ciencias Radiológicas de Japón

Mientras los participantes, conectados a escáneres cerebrales, leían los tres perfiles, los científicos observaban cuál era la región en la que fluía más sangre, y, por ende, la más activa.

Cuando todos los voluntarios, sin excepción, leyeron sobre la persona exitosa que tiene una pareja atractiva, se registró una reacción en una región del cerebro conocida como la corteza cingulada anterior.

"Es el área del cerebro vinculada en el procesamiento del dolor físico, así que la envidia es una emoción dolorosa", señala Hidehiko Takahashi, uno de los investigadores del estudio realizado el año pasado en Japón.

Si la envidia nos causa dolor ¿por qué la Madre Naturaleza es tan cruel que la incluye en el diseño de nuestros cerebros?

El mensaje importante de ese estudio, explica Takahashi, es que hubo una respuesta más contundente en la corteza cingulada anterior cuando los voluntarios y los estudiantes estaban leyendo el perfil de la persona que compartía los mismos objetivos.

"Existe un elemento positivo o constructivo en la envidia: nos motiva a mejorar nuestro propio desempeño o, si es difícil derrotar al rival, nos impulsa a concebir otras estrategias o cambiar las metas que nos propusimos o nuestros intereses".

Pero, la envidia tiene un lado oscuro. "Nos hace desearle algo malo a la otra persona. Puede inducir a un comportamiento inmoral o incluso criminal".

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Soberbia

Un hombre se muestra soberbio

La soberbia también presenta los dos lados de la moneda.

En Montclair State University, a las afueras de la ciudad de Nueva York, un grupo de científicos ha estado bloqueando, temporalmente, ciertas partes del cerebro por medio de la estimulación magnética transcraneal.

La idea es simple: si puedes suspender la actividad de una determinada parte del cerebro, puedes llegar a descubrir de qué está encargada esa sección.

El procedimiento consiste en colocar cerca de la cabeza del voluntario una bobina que interrumpa el flujo eléctrico de las células cerebrales o neuronas.

Los participantes portan un dispositivo, que se parece a un gorro de natación, con unas marcas preestablecidas de los puntos en la materia gris que servirán de blancos.

Cuando el campo magnético golpea la corteza prefrontal medial del cerebro, algo interesante ocurre: "Lo que normalmente vemos, al menos en los voluntarios estadounidenses que participaron en el estudio, es una pequeña sensación de realce", indica el profesor Julian Paul Keenan, director del laboratorio de imágenes neuronales.

"Piensan que son un poco mejores de lo que realmente son". Pero, la estimulación magnética transcraneal puede desactivar esa sensación de autorealce.

Las palabras usadas por los participantes para describirse a sí mismos y a sus amigos, de repente cambia.

No es buena idea verte como los otros te ven. Por eso es que un poco de ego es muy positivo

Julian Paul Keenan, Montclair State University

"Sin estimulación cerebral, tienden a decir: 'Soy inteligente y mi mejor amigo no lo es'. Pero con el aparato encendido, el orgullo se apaga y el vocabulario utilizado para definirse a sí mismos fue mucho menos adulador", explicó Keenan.

"Acabamos de finalizar el estudio de un fenómeno conocido como 'exceso de reivindicación', que se da cuando las personas pretenden saber cosas que en realidad desconocen. Si les doy una palabra que inventé como 'trianic', ellos realmente pensaran que conocen el término, cuando en realidad ni existe. Dirán: 'Sí, claro, he visto esa palabra antes, tiene que ver con biología'".

Basta con mover un interruptor y se apaga la majadería. Lo curioso es que la investigación de Keenan muestra que la modestia se origina en el mismo área, así que parece que es sencillamente arrogancia -u orgullo- disfrazado. "Son dos caras de la misma moneda", dice.

Los investigadores en Montclair están, en la actualidad, analizando si al remover la soberbia, con bloqueos en la corteza prefrontal medial del cerebro, provoca algo de depresión. Sin embargo, es aún prematuro para sacar conclusiones.

"Otros han encontrado que las personas que no experimentan la tendencia al autorealce son más proclives a sufrir de depresión. Si te das cuenta de cuán gordo realmente estás, el ánimo se te desplomará. En muchos casos, no es bueno verte a través de los ojos de los otros. Por eso es que un poco de ego es muy positivo", aseveró Keenan.

Volvemos a la misma idea del principio: moderación. "Es un tema constante en biología: ni demasiado, ni muy poquito", señaló Safron.

Pero en algunas personas, los condicionamientos de la naturaleza tienden a ser excesivos, al menos en el mundo moderno.

Tendría sentido entonces que nosotros, la especie civilizada del planeta, hubiéramos desarrollado un sistema de autocontrol para mantener nuestros instintos más básicos en raya.

En un experimento llevado a cabo en la Universidad de Montreal en Canadá, voluntarios vieron películas eróticas mientras sus cerebros eran escaneados.

Las imágenes produjeron reacciones en las partes más profundas y primitivas del cerebro, lo cual no le sorprende a nadie.

Pero, cuando se les pidió reprimir mentalmente su excitación sexual, dos partes diferentes del cerebro se activaron: la circunvolución frontal superior derecha y la circunvolución del cíngulo anterior derecho. Ambas secciones están ubicadas en los lóbulos frontales del cerebro, las partes del cerebro que hace a los seres humanos más humanos; las áreas que, entre otras cosas, son responsables de la conciencia.

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Ira

Un hombre grita con furia

Estudios sobre la ira muestran un panorama similar.

Unos científicos osados de la Universidad de New South Wales en Australia fustigaron a unos voluntarios para saber qué pasaba en sus cerebros cuando se enfurecían.

En aquellos de carácter melancólico y proclives a guardar rencor, más que en aquellos de personalidad explosiva, la corteza prefrontal medial (ubicada en los lóbulos frontales del cerebro) se activó rápidamente. Se trata de la región involucrada en moderar el comportamiento.

"Algunas personas son mejores que otras cuando tienen que inhibir sus impulsos", señaló Safron. "Otras personas podrían tener la misma reacción frente a un tipo específico de comportamiento, pero podrían experimentar menos inhibición frontal".

De manera que, en algunos de nosotros pareciera que la bestia primitiva que llevamos dentro tiene más probabilidades de salirse con la suya.

Si se cortan las conexiones entre ellos (la parte emocional y la corteza del cerebro), se vuelve muy difícil para alguien regular su comportamiento

Adam Safron, Northwestern University

Las elecciones que hacemos en nuestras vidas son con frecuencia el resultado del diálogo que se establece entre las regiones primitiva y avanzada del cerebro.

"Estas partes de la evolución ancestral de nuestro cerebro están constantemente interactuando con la corteza, que se ha expandido más recientemente, para producir el comportamiento".

Pero, acota Safron, la parte emocional del cerebro, el sistema límbico, y la corteza avanzada se necesitan mutuamente para funcionar.

"Si se cortan las conexiones entre ellos, es muy difícil para la persona regular su comportamiento".

Ningún estudio demuestra esto más claramente que la investigación sobre psicópatas llevada a cabo por científicos del King’s College de Londres.

El año pasado, los investigadores usaron una poderosa nueva técnica de escaneo para obtener imágenes de resonancia magnética con tensor de difusión. El objetivo era estudiar la estructura cerebral de nueve criminales condenados por intento de asesinato, homicidio y violaciones múltiples con estrangulación.

El hallazgo fue que los nueve psicópatas presentaban más deficiencias en las conexiones entre su amígdala cerebral (conjunto de núcleos de neuronas que procesan y almacenan reacciones emocionales) y su corteza prefrontal que otras personas de su misma edad y con su mismo coeficiente intelectual.

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Avaricia

Monedas de oro

Pero ¿no es nuestro comportamiento el resultado de nuestra naturaleza combinada con nuestro entorno, de las influencias que nos permean a medida que crecemos?

Podrían haber bases innatas para la avaricia, pero debido a que es un fenómeno más complejo, podría estar más condicionado por el aprendizaje

Adam Safron, Northwestern University

Desgraciadamente, cuando hablamos de la avaricia no existen estudios del cerebro que nos den una repuesta. "Los mecanismos de la avaricia podrían ser más complicados", dice Safron.

"Si hablamos de algo que podría estar influenciado por predisposiciones biológicas, la glotonería o la lujuria deberían mencionarse. Sabemos, por ejemplo, que hay neuroquímicos que aumentan o disminuyen la libido. Pero, hay algunas cosas que son universales y que no son necesariamente innatas y la avaricia podría ser una de ellas. Podrían haber bases innatas para la avaricia, pero debido a que es un fenómeno más complejo, podría estar más condicionado por el aprendizaje".

El grado en que la naturaleza o la educación nos conduce a ser malos depende del pecado. Pero cuando se trata de los deseos más simples, como comer o tener relaciones sexuales, no hay duda de lo que hay detrás de ellos.

"Una vez escuché que las emociones son los verdugos de la evolución. Son los instrumentos que usa la selección natural para hacer que los organismos logren propagar sus genes", reflexiona Safron.

Somos los títeres de la naturaleza que bailamos a un son que ha sido reforzado por generaciones.

Y esa probablemente es la mejor excusa para devorarse sin remordimiento ese pastel de chocolate...

clic

clicEste artículo fue publicado en la revista científica y tecnológica de la BBC, Focus.

Andy Ridway

Subeditor de la Revista BBC Focus

sábado, 20 de noviembre de 2010

El psicólogo Daryl Bem asegura que tenemos la capacidad de prever el futuro


En cada uno de nosotros hay un mago como Harry Potter.
Según un estudio conducido por un psicólogo apasionado de lo paranormal, la mayor parte de la gente tendría la capacidad de prever el futuro y de influir en los acontecimientos que están por llegar.
Adivinar quién se encuentra al otro lado del teléfono cuando te llaman o sentir la sensación de que algo está por suceder no serían casualidades sin justificar, sino la expresión de una cierta capacidad humana y poco desarrollada de conocer el futuro.
nota completa clickear link

jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Puede un escáner cerebral medir quién será un buen ejecutivo?


John Madejski está a punto de saber lo que está pasando dentro su cabeza.

El conocido hombre de negocios británico está estirado en una camilla y es trasportado con cuidado a un equipo de resonancia magnética.

Pero Madejski no está enfermo.

El escáner que le van a realizar es parte de un experimento único que pretende determinar si la ciencia puede aplicarse al estudio del liderazgo.

Neurocientíficos, psicólogos y expertos en gestión de la Universidad de Reading, en Inglaterra, colaboran en un estudio con el que se quiere examinar los cerebros de directores ejecutivos de empresas y líderes en otros campos, como el militar o el de las organizaciones de voluntariado.

Queremos ver cómo líderes de diferentes sectores toman decisiones. Lo que hace que una persona pase de tomar una buena decisión a una mala, lo que sucede en la mente de las personas y lo que les lleva a esas elecciones

Kevin Money, escuela de negocios Henley

"Queremos ver cómo líderes de diferentes sectores toman decisiones.

Lo que hace que una persona pase de tomar una buena decisión a una mala, lo que sucede en la mente de las personas y lo que les lleva a esas elecciones", explica Kevin Money, de la escuela de negocios Henley, adscrita a la Universidad de Reading.

Dentro del equipo de resonancia magnética, John Madejski no está tan solo descansando, también está completando una serie de ejercicios.

El profesor Douglas Saddy, del Centro para Neurociencia y Neurodinámica Integradas de Reading observa mientras este hombre de negocios presiona un teclado para tomar diversas decisiones financieras.

"En este caso", explica Saddy, "lo que se le pide que haga es realizar un juicio sobre si, dada una cierta cantidad de información, una gratificación a corto plazo es mejor que una a largo plazo".

Cautela

Resonancia

El estudio pretende determinar si la ciencia puede aplicarse al estudio del liderazgo.

Mientras presiona el teclado, se mide su actividad cerebral. El resultado de estas pruebas y de otros escáneres se juntarán para intentar extraer algunas conclusiones.

Madejski sale del escáner con aspecto de estar bastante animado.

"Creo que encontraron mi cerebro", bromea.

Este empresario ha ganado suficiente dinero con sus diversos negocios como para comprar un club de fútbol y financiar un Centro para la Reputación en la escuela de negocios Henley.

Está entusiasmado con el proyecto y ha prometido animar a algunos de sus colegas magnates para que se dejen hacer los escáneres cerebrales.

El doctor Money es cauteloso sobre los resultados de la investigación.

"Es demasiado pronto. No podemos examinar el cerebro de una persona y extraer demasiadas conclusiones.

Lo que podemos hacer es examinar diferentes grupos –por ejemplo militares y hombres de negocios- y comparar la educación del liderazgo en esos grupos", señala.

Pero usar la tecnología para saber lo que hace falta para ser un buen líder no es nuevo.

Psicometría

Peter Saville

Peter Saville ha dirigido durante años un negocio que se dedica a proporcionar técnicas de psicometría.

Durante décadas, organizaciones en todo el mundo han utilizado pruebas psicométricas para ayudar a elegir candidatos para posiciones de responsabilidad y para tratar de entender qué hace que alguien sea un buen líder.

Pero la psicometría es una ciencia controversial, y algunos de sus críticos aseguran que realiza afirmaciones que no pueden ser probadas.

El profesor Peter Saville ha dirigido durante años un negocio que se dedica a proporcionar técnicas de psicometría.

Saville me cuenta la historia de su ciencia que, afirma, se remonta a técnicas utilizadas en Inglaterra en el siglo XVII para seleccionar a oficiales navales, e insiste en que realiza un contribución importante a la tarea de elegir buenos candidatos para un puesto de trabajo.

"Todavía se encuentran entrevistadores que juzgan a los candidatos por el primer minuto de una entrevista", asegura.

"Lo único que hacemos es reducir las posibilidades de elegir al candidato erróneo.

Es la ciencia frente a los sentimientos".

(Con la psicometría) Lo único que hacemos es reducir las posibilidades de elegir al candidato erróneo. Es la ciencia frente a los sentimientos

Profesor Peter Saville

El profesor Saville prepara una prueba para medir mis habilidades de liderazgo.

Incluye 36 preguntas bastante complicadas en las que se me pide clasificar mis propias habilidades, desde la capacidad de decisión hasta el pensamiento estratégico.

Tras completar el cuestionario, el profesor Saville me entrega un informe.

Éste no es alentador.

"Te sitúas en la parte baja del 2% de la población en cuanto a visión estratégica", me dice.

Pero trata de animarme asegurándome que he obtenido una alta puntuación como comunicador y como relacionista –habilidades importantes para un periodista- aunque deja claro que no se me va a pedir en un futuro próximo que dirija una gran organización.

Escepticismo

Virginia Eastman

La cazadora de talentos Virgina Eastman se muestra escéptica ante las nuevas técnicas.

Así que, ¿puede ser que la industria de los recursos humanos que ya utiliza la psicometría emplee ahora otras técnicas, incluyendo los escáneres cerebrales?

La cazadora de talentos Virgina Eastman se muestra escéptica.

Eastman se encarga de conseguir candidatos para altos cargos en organizaciones de medios globales.

Afirma que las nuevas tecnologías están haciendo que sea más sencillo el proceso comunicarse con líderes adecuados y evaluarlos, pero hasta ahí llega la cosa.

"Nuestra profesión está construida sobre un elemento: el consenso de que todos reconocemos lo que es bueno y que somos nosotros los que hacemos ese juicio. Ninguna máquina puede reemplazar eso", asegura.

Neurocientíficos y psicólogos creen que pueden hacer una contribución real a nuestro entendimiento de lo que hace que un líder sea sólido.

Pero por el momento, aquellos cuyo trabajo es seleccionar líderes todavía creen que su trabajo es más un arte que una tecnología.

Rory Cellan-Jones

bbc.co.uk

sábado, 13 de noviembre de 2010

Mente que divaga, mente infeliz


El pensamiento errático tiene el honor de ser el responsable de grandes descubrimientos como la ley de la gravedad de Newton.

Todos hemos experimentado alguna vez las bondades de dejar divagar a nuestra mente: la palabra en la punta de la lengua, dónde dejamos el destornillador, el apellido de un viejo amigo...

Pero el precio que estamos pagando por pensar en lugar de centrarnos en lo que estamos haciendo podría ser alto.

Ni más ni menos que la felicidad.

El cerebro es una especie de 'super ordenador', de funcionamiento complejo, del cual conocemos sólo una pequeña parte.

Sabemos que tiene actividad consciente e inconsciente, ambas de igual importancia ya que permiten realizar acciones complejas a la vez y de forma fluida; y que es capaz de pensar en el menú de la cena mientras atendemos una llamada de trabajo, todo un logro evolutivo.

Esta capacidad de divagación "parece ser el modo operativo por defecto del cerebro", explican Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert, de la Universidad de Harvard (Cambridge, EEUU), en las páginas de la revista 'Science'.

Sin ella, ciertas situaciones serían terriblemente aburridas, como conducir durante horas, tomar el sol o correr.

Pero parece que 'abusamos' un poco de este recurso.

Killingsworth y Gilbert, movidos por las enseñanzas de varias corrientes religiosas y espirituales que promulgan que la felicidad está en el 'carpe diem', se preguntaron si el famoso aforismo acuñado por el poeta Horacio escondía la clave de una vida feliz.

Si centrarse en el 'ahora mismo' y dejar a un lado el pasado y el futuro es bueno para la salud emocional.

Sexo, reducto de paz

Gracias a una aplicación para el iPhone -que demuestra que este dispositivo sirve para muchas más cosas que para comunicarse- desarrollada por ellos mismos, los autores pudieron preguntar a miles de personas qué hacían y pensaban en varios momentos del día y a tiempo real.

Para este estudio, analizaron los datos obtenidas a partir de 2.250 adultos representativos de las principales actividades laborales del mercado.

Pero, fuera lo que fuera lo que hacía cada uno de ellos, sus mentes se dedicaban a divagar una media del 46,9% de las horas de vigilia.

Así que, "nuestra vida mental está dominada en un grado destacable por el no-presente", señala Killingsworth, que estudia Psicología en la prestigiosa universidad americana.

Cuando menos nos invaden estos pensamientos es durante la actividad sexual, el ejercicio o en una conversación.

En esos instantes en los que los participantes se ceñían a lo que estaban haciendo, es cuando eran más felices.

Este fenómeno era cierto incluso cuando la actividad realizada no era especialmente entretenida e independientemente de si los pensamientos versaban sobre temas placenteros, neutros o negativos, aunque estos últimos eran los de peores consecuencias.

Divagar, 'per se', era una fuente de infelicidad.

"El pensamiento errático es una excelente forma de predecir la felicidad de la gente", subraya Killingsworth.

"De hecho, la frecuencia con la que nuestras mentes abandonan el presente y hacia dónde tienden a ir es mejor factor predictivo que las actividades en las que estamos inmiscuidos", añade.

Cristina de Martos

elmundo.es