Los efectos de las drogas digitales sonoras sobre los consumidores aún se desconocen.
Las e-drugs se fundamentan en los latidos binaurales, un fenómeno neurológico que consiste en emitir sonidos distintos en cada oído y que estimula el cerebro, produciendo sensaciones de euforia, estados de trance o de relajación.
Se trata de sesiones (dosis) de entre 15 y 30 minutos de zumbidos, que se pueden descargar de varios portales especializados a unos precios que oscilan entre los 7 y los 150 euros y que transportan a los usuarios a unas sensaciones fuera de lo común.
La imagen del consumo de esta 'droga' -por ejemplo un chico tumbado en la cama de su habitación escuchando su reproductor de música- dista mucho de las sustancias que se engloban bajo el paraguas de los estupefacientes.
Estos productos nacieron en Estados Unidos pero las nuevas tecnologías extendieron su uso por el resto del mundo, algo que ha despertado reticencias en ciertos sectores, pese a que no crean adicción alguna, según dicen los expertos, que consideran a este un fenómeno que no es ni emergente ni inquietante.
PARÍS Efe
eltiempo.com
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