jueves, 16 de agosto de 2012

¿De que estan hechos los recuerdos?


"Se activan diferentes circuitos del cerebro cuando usted recuerda qué tomó esta mañana en el desayuno, o cuando recuerda cuándo se cayó de una bicicleta años atrás", explica Fred Helmstetter, profesor de psicología en la Universidad de WisconsinMilwaukee (UWM), quien investiga el control ejercido por el cerebro sobre los recuerdos, las emociones y el aprendizaje.

Y son esas conexiones características en la red de comunicación del cerebro las que subyacen en la diferencia entre los recuerdos "conscientes" e "inconscientes", algunos de los cuales Helmstetter llama "recuerdos emocionales".

La selectividad es uno de los muchos aspectos de la memoria que lo intrigan, y es clave para su investigación sobre los procesos específicos del cerebro, que son responsables de hacernos conscientes de lo que hemos aprendido o recordado.

Es importante analizar a fondo los mecanismos subyacentes en la memoria emocional, porque la región del cerebro que gobierna a éstos también controla el miedo y la ansiedad. 

Es por eso que un recuerdo emocional, como un accidente automovilístico traumático, puede activar el sistema nervioso autónomo produciendo respuestas corporales como un aumento en los latidos por minuto del corazón, la aparición de sudoración y un incremento de la tensión arterial, aún cuando usted no lo perciba.

De modo que esta investigación tiene implicaciones para una amplia variedad de enfermedades, desde el Alzheimer a los trastornos de ansiedad.

Pero desvelar las diferencias entre los tipos de recuerdos depende de comprender los cambios químicos que ocurren en el cerebro a nivel molecular, según el enfoque de Helmstetter.

El trabajo de Helmstetter ya ha demostrado cómo los recuerdos se guardan en ciertas neuronas. Ahora quiere saber más de los actores moleculares que hacen posible la red global cerebral de conexiones de memoria constantemente cambiantes.

Antes se consideraba que el cerebro adulto era estático. 

Ahora se sabe que, por el contrario, constantemente forma o rompe conexiones neuronales y crecen en él nuevas células.

Esto puede ocurrir simplemente al pensar: el cerebro cambia sus rutas de comunicación y sus instrucciones genéticas como respuesta a la experiencia. 

"Cuando usted aprende algo por primera vez, como montar en bicicleta, hay un cambio físico real en su cerebro, sus células producen proteínas que antes no producían", explica Helmstetter.

La capacidad del cerebro para los estados dinámicos, la llamada neuroplasticidad, hace que rastrear los circuitos que gestionan recuerdos sea una tarea de proporciones épicas. 

Cientos de variables entran en juego. 

La neuroplasticidad es funcionalmente infinita.

¿Cómo pueden entonces los científicos investigar bajo tal tempestad de circunstancias cambiantes? 

Sería imposible rastrear todos los ajustes neuronales que marcan cada condición nueva. 

Así que Helmstetter utiliza una mezcla de estrategias.

Y lo que ha descubierto sugiere que está en el camino correcto. 

El proceso de formar un recuerdo involucra un conjunto de genes que se expresan inmediatamente. 

El almacenamiento de recuerdos sigue una clara pauta de tiempo. 

NC&T
solociencia.com

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