Tensiones, ansiedades, irritabilidad, cambios de humor. O sea, estrés..
Un problema de nuestro tiempo.
Hace tiempo que la ciencia se pregunta por el mejor modo de combatirlo.
Según el instituto finlandés de investigaciones forestales de Metla, in Finlandia, el estrés se combate con un viaje al campo o a la montaña.
Los ambientes verdes, dice, son los únicos capaces de reducir la tensión, mejorar el humor, reducir la rabia y la agresividad, con lo cual hacen más felices a las personas.
Los efectos positivos repercuten en el sistema inmunológico, pues aumentan la cantidad y actividad de células consideradas capaces de matar a las células cancerosas.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado por el Journal of Epidemiology and Community Health, habla sobre la importancia de la madre.
Según los investigadores, la capacidad para resistir al estrés de los adultos está ligada a la cantidad de caricias y de afecto recibidos en los primeros meses de vida.
En definitiva, los mimos son un arma fundamental para convertirse en adultos capaces de resistir las tensiones cotidianas, para ser más seguros de sí, menos ansiosos y hostiles.
El estudio tomó a 482 bebés desde los primeros meses de vida y los siguió hasta la edad de 34 años.
Los psicólogos evaluaron el grado de afectividad y dedicación materna cuando el pequeño tenía sólo ocho meses.
Luego, anualmente, con cuestionarios especiales, midieron el nivel de salud psicológica de estos hijos convertidos en adultos.
Del análisis surgió que los niños que recibieron más afecto de la mamá son adultos seguros y fuertes, capaces de vencer las dificultades de la vida.
Esos sujetos muestran niveles de ansiedad y hostilidad hasta siete puntos inferiores a los mostrados por sus coetáneos cuyas madres no han entablado con ellos un lazo tan afectuoso.
El afecto materno, por tanto, es un recurso óptimo para crecer pronto y afrontar la vida.
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