martes, 17 de agosto de 2010

Nuevos indicios de la existencia de un 'sexto sentido'


Las emociones mostradas por los rostros pueden ser percibidas por los ciegos casi de la misma manera que por las personas que pueden ver, según acaba de descubrir un estudio.

Si un ciego es capaz de distinguir el lenguaje de una cara que sus ojos no ven, parece claro que en la relación con los demás el cerebro activa una serie de regiones que permiten a cada individuo conocer a la gente que le rodea más allá de lo que pueda distinguir con la vista.

Un nuevo indicio de la existencia de un “sexto sentido”. Por Yaiza Martínez.

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Un paciente de 52 años de edad, técnicamente “ciego” debido a dos ataques vasculares que dañaron las áreas de su cerebro que procesan las señales visuales, ha sido capaz de reaccionar emocionalmente a ciertas imágenes que no podía ver.

El caso, resultado de una investigación que publica la revista Nature Neuroscience, establece, por encima de toda duda y por primera vez, que existen ciertas funciones de reconocimiento visual que se procesan en un área del cerebro diferente a aquéllas a las que normalmente se les atribuían estas funciones.
Asimismo, queda demostrado que la capacidad visual primaria consciente no es imprescindible para el tratamiento cerebral de las informaciones emocionales.

Cuando al paciente analizado, que ve sólo oscuridad y que camina con la ayuda de un perro, se le mostraron en la pantalla de un ordenador 200 imágenes de formas tales como círculos o cuadrados negros sobre fondo blanco y caras irreconocibles, sus conjeturas acerca de ellas no demostraron mayor probabilidad de acierto que el mero azar.

Sensible a las emociones

Sin embargo, cuando al mismo paciente le mostraron caras que exhibían emociones tales como tristeza, cólera o miedo, el porcentaje de acierto de sus conjeturas acerca de las caras que se le aparecían aumentó notablemente.
En el caso de los rostros tristes, acertó en un 59% de las ocasiones, en el de los rostros coléricos, en un 61,5% de las veces; y en el de los rostros miedosos, en un 58%.

Para evaluar si el porcentaje de aciertos del paciente eran debidos a las expresiones emocionales de las caras presentadas o a otras características de éstas, se añadieron una serie de pruebas suplementarias.

Una de ellas fue que el paciente debía adivinar el sexo de una serie de caras emocionalmente neutras. Otra, que a partir de imágenes que representaban animales en una situación de peligro o no, los investigadores pedían que el paciente clasificara las imágenes según los criterios de “animal feliz” o “animal encolerizado”.

Por último, algunas imágenes mostraban escenas agradables (deporte, sexo) o desagradables (violencia, mutilación) presentadas al paciente que debía clasificarlas como “imágenes positivas” o “imágenes negativas”.

En estos casos, las respuestas del paciente no fueron acertadas, lo que indica que sólo una expresión emocional puede “verse” más allá del sentido de la vista.

Amígdala activa a pesar de la ceguera

Las imágenes del cerebro de este paciente, obtenidas a través de resonancia magnética, mostraron asimismo que ante alguna de las emociones (cólera, alegría, neutralidad), presentadas en bloques sucesivos, la actividad de la amígdala cerebral derecha aumentaba de manera significativa, y de manera aún más marcada como respuesta al miedo.

Según informa la universidad galesa de Bangor en un comunicado, este estudio ha estado dirigido por el doctor Alan Pegna, de esta misma universidad, en colaboración con el hospital Geneva University.
Con él se pretendía demostrar que la emoción expresada por una cara humana se registra en un área diferente a la de la corteza cerebral.

El área implicada en este proceso de reconocimiento es la amígdala, situada dentro del lóbulo temporal del cerebro.
Lo que se ha probado con este estudio es que aunque este paciente no podía ver, sí era capaz de procesar la información gracias a la puesta en marcha de procesos inconscientes del cerebro que de alguna manera sigue percibiendo la imagen que está delante del individuo.

Según Pegna, el descubrimiento resulta también interesante para aquellos científicos que investigan los comportamientos, puesto que relaciona la amígdala con procesos subliminales de estímulos emocionales que podrían aplicarse a individuos clínicamente sanos.

Nuevos indicios de la existencia de un 'sexto sentido'
Más indicios de un sexto sentido

El experimento de Pegna señala que existe una capacidad perceptora más allá de los cinco sentidos tradicionales (oído, tacto, gusto, olor, sonido).
Aunque no existe evidencia científica del sexto sentido, la capacidad de percibir emociones ajenas al margen de los sentidos tradicionales abunda en esta hipótesis.

No es la primera vez, sin embargo, que la ciencia se cuestiona acerca de la existencia de otros sentidos, además de los cinco universalmente reconocidos.
Los neurofísicos investigan al respecto el así llamado sentido del movimiento, el cual, gracias a captores musculares y al oído interno, permite al cuerpo situarse en el espacio.

Otras investigaciones se centran en la nocicepción, término neurofisiológico que se refiere a los mecanismos por los cuales se detecta un estímulo nocivo (doloroso).
A pesar de que los umbrales nociceptivos, tal y como se miden en el laboratorio, son constantes entre distintas personas, la experiencia del dolor y la capacidad para tolerarlo varían considerablemente de un individuo a otro según cada circunstancia. Podría ser también una forma de sexto sentido.

Otras investigaciones han descubierto un gen suscetptible de solicitar la captura de feromonas, moléculas químicas inodoras que guían el comportamiento de los insectos, de algunos mamíferos y puede que hasta de las personas.
Otras investigaciones se centran en los relojes biológicos internos, que confieren a la conciencia el sentido del tiempo que pasa.

Asimismo, una investigación destinada a explorar la ceguera temporal que en ocasiones impide a los conductores ver un peligro inminente, ha descubierto accidentalmente que algunas personas son capaces de percibir cambios en un entorno segundos antes de que ocurran, tal como publicamos en otro artículo de esta revista.
Esta experiencia señala la detección de otro modo de percepción visual, paralelo a la visión ordinaria, que puede provocar formas de experiencia diferentes a la imagen de la realidad que formamos cotidianamente.

También la intuición

Para la mayoría de las personas, sin embargo, hablar de sexto sentido es hablar de intuición, durante mucho tiempo atribuída por la ciencia a coincidencias de la vida cotidiana.
Sin embargo, recientemente algunos científicos comienzan a hablar de la intuición como una forma de conocimiento, directa e inmediata, a la que no se le puede negar completamente un fundamento científico.
Pueden consultarse al respecto los trabajos de Antonio Damasio, director del departamento de neurología de la Universidad de Iowa.

El experimento de Pegna abunda en esta línea de investigaciones y señala como un posible sentido nuevo la capacidad de los ciegos (al menos del ciego del experimento) de percibir emociones reflejadas en rostros que no puede ver.
Una evidencia más de los misterios de la conciencia humana.

tendencias21.net

Descubren las regiones cerebrales asociadas con la ansiedad infantil



Los niños que tienen una mayor actividad en las áreas del cerebro del hipocampo anterior y la amígdala, y que puede resultar hereditaria, tienen una mayor predisposición a desarrollar trastornos depresivos y de ansiedad, así como problemas de abuso de drogas, cuando lleguen a la adolescencia y la edad adulta, según ha determinado una investigación de la Universidad de Wisconsin, cuyos resultados han sido publicados en 'Nature'.

El director de la investigación y director de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de esta universidad, Ned H. Kalin, ha afirmado que desde hace tiempo "se sabía que los niños con un temperamento ansioso (que habitualmente sufren una timidez extrema, están constantemente preocupados y, además, cuentan con unas necesidades fisiológicas incrementadas ante situaciones de estrés) tiene un mayor riesgo de desarrollar estos trastornos cuando son mayores".

La investigación actual está basada en una anterior, también liderada por Kalin, que determinó que los monos de corta edad con trastornos de ansiedad resultaban similares a los niños con temperamento ansioso, así en el estudio actual los investigadores han examinado el alcance de la influencia de los factores genéticos y ambientales en la actividad cerebral de las regiones relacionadas con la ansiedad y que podrían hacer a los niños más vulnerables.

Así, han realizado el mayor estudio de imágenes de primates, en el que han realizado escáneres cerebrales PET a 238 monos, todos pertenecientes a la misma clase.

De este modo, han determinado que los monos de la misma familia mostraron un claro patrón de temperamento ansioso de carácter hereditario.

Igualmente, los que tenía un temperamento ansioso tenían una actividad elevada en el núcleo central de la amígdala y del hipocampo anterior. Además, los investigadores pudieron predecir el grado de ansiedad mediante esta actividad cerebral.

Genética y entorno

Por otro lado, la genética y los factores ambientales afectan a la actividad en estas regiones de diferentes maneras, aportando un entendimiento sobre cómo la naturaleza y la crianza de cada uno puede interactuar en la vulnerabilidad para desarrollar los trastornos psiquiátricos más comunes.

El principal autor del estudio, Jonathan Oler, ha afirmado que esperaban encontrar que todas las regiones involucradas en los trastornos de ansiedad se viesen afectadas por los genes y el entorno, pero lo que han descubierto es que "la actividad en el hipocampo anterior es más posible que sea heredada que la de la amígdala".

"Gracias a este nuevo descubrimiento, se abre el camino a nuevas formas de detectar trastornos de ansiedad en la población infantil", ha señalado una de las participantes en la investigación, Drew Fox.

De este modo, ha afirmado que "se podrán identificar los marcadores de riesgo de una familia mediante la detección de alteraciones en genes concretos que tienen influencia en la función del hipocampo".

Igualmente, el estudio ha sugerido que existe una gran oportunidad para cambiar el entorno de los niños, de modo que se pueda prevenir que desarrollen un cuadro completo de ansiedad.

"Cuanto antes se intervenga en los niños, más posibilidades tendrán de ser felices, librándolos de la ansiedad y la depresión", ha asegurado.

Europa Press

elmundo.es

domingo, 15 de agosto de 2010

Científicos revelan la relación entre olor, sonido y memoria

Italianos descubrieron que la parte del cerebro responsable por la elaboración de nuestros sentidos también tiene la función de guardar memorias emocionales.

Una reciente investigación explica el motivo del por qué las imágenes, los sonidos y los olores suelen evocar nuestra memoria y despertar las emociones.

En un estudio realizado en ratones, científicos del Instituto Nacional de Neurociencia, en Turín, Italia, descubrieron que la parte del cerebro responsable por la elaboración de nuestros sentidos también ejerce la función de guardar memorias emocionales. Los resultados fueron publicados en la edición de agosto de la revista 'Science'.

Sabemos que el olor del pavo asado, por ejemplo, podría evocar una sonrisa, pues puede recordar un momento alegre. Mientras el sonido de una broca podría evocar miedo, pues podría estar relacionado a una última consulta odontológica, por ejemplo.

En investigaciones anteriores, los científicos no consideraban las regiones sensoriales del cerebro tan importantes para la memoria emocional, afirmó en entrevista al sitio 'Live Science' el investigador Benedetto Sacchetti, del Instituto Nacional de Neurociencia.

Aún estando en fases preliminares, el investigador afirma que los nuevos descubrimientos indican que estas regiones del cerebro pueden tener un papel fundamental en emociones fuertes como el miedo y en algunos trastornos de ansiedad.

Según el estudio, una persona con disfunción en estas áreas tiene dificultad para diferenciar entre situaciones en las que debe o no debe temer, lo que resulta en miedo generalizado y ansiedad.

Imágenes, sonidos y choques

Los sensores del cerebro están divididos en dos partes - primaria y secundaria - y reciben e interpretan señales de nuestros ojos, nariz orejas, boca y piel. La secundaria es responsable por el procesamiento de informaciones más complejas sobre un estímulo, como la distinción entre los diversos tonos musicales.

En una experiencia, Sacchetti y sus colegas entrenaron ratones para asociar un sonido con un choque eléctrico. Los animales entrenados se "congelaban" al oír el sonido. Un mes después, los investigadores crearon lesiones en la parte secundaria de los cerebros de algunos ratones para interrumpir la comunicación con esta región, responsable por procesar el sonido.

Los ratones portadores de la lesión se "congelaban" con menos frecuencia que aquellos sin lesiones, indicando que los lesionados tenían dificultad en acceder a la memoria del miedo.

El hecho sugiere que la información sensorial - un sonido en particular - está asociado a la información emocional - la memoria del miedo - y ambos son almacenadas como un único paquete. Eso permite que el sonido adquiera un significado emocional.

Los investigadores corroboraron los mismos resultados en ratones con lesiones en la parte del cerebro responsable por interpretar visiones y olores. En estos ensayos, los ratones habían sido entrenados para temer a las luces y al olor de vinagre.

Sin embargo, los ratones con lesiones siempre fueron capaces de formar nuevas memorias de miedo, sugiriendo que esa parte del cerebro influye en el almacenamiento pero no en la creación de las memorias emocionales.

Aunque los ratones son considerados un buen modelo para estudios como este, los científicos observan que es necesario hacer más investigaciones para determinar si los resultados se aplican a los seres humanos.


pe.terra.com

sábado, 14 de agosto de 2010

Hacia el fin de la privacidad


Con el auge de las redes sociales y el triunfo del narcisismo, todos los datos personales -desde el nombre propio y la dirección de e-mail hasta las opiniones políticas, los gustos y las fotos familiares- circulan sin control por la red.


Y aunque las voces de alerta se multiplican, a pocos usuarios parece importarles hacer de su intimidad un show.


Cuáles son los riesgos del destape on-line

Sin jerarquías y sin censuras, Internet puso al alcance de la mano la información sobre todo y acerca de todos.

El acceso ilimitado al saber significó un avance formidable para la humanidad, pero borró las fronteras que separaban lo íntimo de lo público.

Con el auge de las redes sociales, todos los datos personales -desde el nombre propio y la dirección de e-mail hasta las opiniones políticas, los gustos y las fotos familiares- circulan ahora sin control por la Red.

Nadie parece ya ser dueño de su privacidad, pero a pocos parece importarle.

"La edad de la privacidad ha terminado", dijo Mark Zuckerberg, el joven prodigio que creó Facebook, cuando arreciaban las críticas por su decisión de hacer públicos los intercambios de los miembros de la Red.

No estaba errado, si se atiende a los 100 millones de perfiles de la red social que fueron robados hace dos semanas por un hacker y expuestos a la mirada de todos los que quisieran descargalos.

Subir fotos a Flickr, compartir videos en YouTube, contar las experiencias personales en un blog, presumir de amistades en Facebook y detallar en 140 caracteres lo que se está viviendo a través de Twitter son parte de la rutina de muchos habitantes del siglo XXI.

Pocos años atrás, la moda virtual era segmentar el yo, simulando diferentes personalidades en cada foro por el que se navegaba.

Así, nadie sabía muy bien quién se escondía tras un seudónimo en un chat o un videojuego. En este sentido, el mayor temor era ser engañado por otro disfrazado.

Hoy, en cambio, se impone ser uno mismo y gritarlo a los cuatro vientos de la Red. Cada persona quiere comunicar instantáneamente sus opiniones, sentimientos y preferencias al resto del mundo.

Es el triunfo del ego, pero de un yo diluido en la comunidad.

El miedo, en todo caso, es quedar aislado de los otros.

"La era de la conexión constante está disolviendo la membrana entre el yo privado y el yo público.

Las tecnologías totémicas de nuestro tiempo -el celular, el iPod, el BlackBerry- están dando vuelta nuestra psique, invirtiendo las polaridades de lo público y lo privado. Convierten a la soledad en algo portátil.

Cada vez más estamos solos en público, ajenos al mundo que nos rodea", describió Mark Dery, gurú norteamericano de la cibercultura y autor del libro Velocidad de escape .

Para el 26% de los argentinos que son usuarios de Facebook, el impulso de escribir o subir una foto es difícil de resistir; pero eso no siempre implica ceder la intimidad.

"Lo que se considera el mundo privado exhibible cambia según las épocas y de acuerdo con las edades", reflexiona Susana Finquelievich, investigadora del Conicet en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, quien estudia las formas de relación en la sociedad de la información.

De los 10 millones de argentinos que participan en las redes sociales, muy pocos parecen preocupados realmente por revelar cosas íntimas.

"Para los adolescentes, la esfera de privacidad es muy pequeña: se puede mostrar casi todo -sentimientos, ideas, fotos osadas- pero no los temores ni aquello que los torna vulnerables", revela la socióloga.

"Los adultos, en cambio, son más cuidadosos con lo que muestran.

Los jóvenes de hasta 30 años hablan de espectáculos, deportes, algo de política, pero no suben fotos. Hay más conciencia de que lo privado puede interferir en la vida laboral", agrega Finquelievich.

Como señaló la antropóloga argentina Paula Sibilia, autora del libro La intimidad como espectáculo , el concepto de espacio privado es una conquista de la modernidad. Pero, paradójicamente, la privacidad se tambalea en tiempos de individualidad extrema.

En la Web 2.0, todo está hecho para ver. Con la creación y el consumo de contenidos, los internautas actuales imponen una suerte de exhibicionismo militante y cultivan el bosque del millón de amigos (o "seguidores", según la jerga de Twitter).

El fenómeno comenzó con las revistas de famosos que exponían sus posesiones con desparpajo a las miradas de los otros.

Siguió con los reality shows, en los que se podía observar la vida ajena durante 24 horas.

Y explotó con las redes sociales, donde todos comparten lo que son o lo que quieren ser.

Espías descontrolados

El cotilleo, antes reservado a la intimidad de la familia y las fiestas, hoy se exhibe orondo en Internet. No se trata sólo de ventilar los trapos sucios de los ricos y famosos.

Ahora, cada uno puede aspirar a la celebridad publicando en la Red toda clase de intimidades, desde el colegio al que van los hijos hasta las canciones que silba en la ducha, pasando por fotos de la última borrachera, declaraciones de amistad para toda la vida o infidencias sobre relaciones casuales.

De todos modos, aclara la psicóloga Mónica Tesone, "las redes sociales no cambian la personalidad de la gente".

De acuerdo con la experiencia de la psicoterapeuta virtual, "la persona que se exhibe en Internet también lo hace en una reunión social cara a cara; tal vez las redes sociales potencian lo que cada uno es".

Como sea, Google entendió rápido de qué se trata la pasión por verlo todo.

Además de funcionar como buscador y correo individual, actualmente la megaempresa se dedica a trazar mapas satelitales (Google Earth y Maps) y a generar panorámicas de las calles de las ciudades mientras "accidentalmente" obtiene información de los que tienen Wi-Fi en los alrededores (Google Street View).

"¿Qué estás pensando?", inquiere Facebook sin vueltas. "¿Dónde estás ahora? ¿Qué estás haciendo?", hurga Twitter sin vergüenza.

Estas preguntas, que pueden resultar incómodas al entrar por primera vez a una red social, se transforman pronto en una tentadora provocación al narcisismo.

Más de 500 millones de personas -el 22% de los internautas- practican este ejercicio autorreferencial a diario en Facebook. Muchos aceptan ser etiquetados con nombre y apellido en las fotos, sin saber cómo podrían ser usadas luego por desconocidos.

"Lo que nadie contaría a la persona de al lado en el colectivo porque no sabe quién es, muchas veces lo informa alegremente en Facebook o Twitter a todo el que lo quiera leer.

Por eso, Andreas Weigend, ex jefe científico de Amazon, dijo que los datos que antes la KGB obtenía con presión o tortura, ahora todo el mundo los publica en Facebook", apunta Laura Siri, docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UBA.

"Las redes sociales usan los datos personales con fines de marketing y de publicidad dirigida", dice la investigadora. "Pero también es evidente que pueden ser usados con fines ilícitos.

Por ejemplo, hay pederastas que buscan por este medio fotos de chicos o adolescentes", agrega Siri.

"Se tiene la percepción de que las redes sociales en Internet poseen menos riesgos que otras operacioneson line , como las transacciones bancarias, pero no es así", asegura la abogada argentina Estefanía Santos, especialista en Derecho Informático.

"El 44% de los adultos británicos mantienen abiertos sus perfiles en Facebook", enfatiza la abogada del estudio DSMS.

"Si se googlea a alguien, saltan todos los perfiles de todas las redes sociales, ya que están indexadas", dice Santos, quien advierte que "es importante que los usuarios sepan que existe una ley que ampara su derecho a controlar sus datos personales".

Zuckerberg, el CEO de Facebook, alega que, para controlar la privacidad, basta con modificar la configuración con que viene por defecto la Red, indicando qué tipo de información pueden ver los "amigos", los "amigos de los amigos" o "todos".

Pero lo cierto es que muy pocos toman estos recaudos, que no son fáciles de habilitar para los que no nacieron con las computadoras.

Según un estudio realizado en Estados Unidos en 2008, apenas el 8% de los usuarios de Facebook modifica los patrones de privacidad de la Red, que está armada básicamente para que todos vean todo. Ni siquiera los muertos desaparecen de Facebook.

Precisamente esta eternidad de los datos comenzó a preocuparle hace dos años al periodista tecnológico Alejandro Tortolini, quien, junto con un colega rosarino, inició la campaña

"Reinventando el olvido en Internet" para ponerle una fecha de vencimiento a la información on line .

"Cuando alguien usa Internet, aunque no se dé cuenta va dejando un rastro y va armando una identidad digital.

El problema es que toda la información queda almacenada y hay que hacer un esfuerzo titánico para mantener la privacidad", explica Tortolini.

"Aunque uno borre una foto o un post subido a Internet, siempre quedará en la memoria de algún sitio o buscador", insiste.

Como respuesta a este reclamo, el navegador Firefox anunció que pronto impondrá una fecha de caducidad a los datos que maneja.

Alejandra Folgarait
Para LA NACION


viernes, 13 de agosto de 2010

¿Por qué unos duermen pese al ruido y otros se despiertan con una mosca?


¿Qué tipo de persona es usted? En cuanto hábitos de sueño el mundo se divide entre aquellos que son capaces de dormir aunque les pase un avión por encima, con todo su ruido, y aquellos para quienes el vuelo de una mosca es suficiente para mantenerlos en vela toda la noche.

Los científicos acaban de descubrir el secreto de por qué ocurre esto.

Todo se debe a un proceso del cerebro diseñado para bloquear sonidos al dormir, que al parecer es más efectivo en unos individuos que en otros.

Los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, EE.UU., autores del estudio publicado en la revista Current Biology, creen que sería posible estimular este mecanismo por medio de terapias, medicamentos o dispositivos electrónicos.

Los científicos estudiaron a doce voluntarios sanos en una clínica del sueño durante tres noches.

La primera noche fue tranquila, pero durante la segunda y la tercera se sometió a los durmientes a diversos ruidos, como el sonido persistente de un teléfono, el tráfico de automóviles en la calle, el ruido de aviones y los pitidos del equipamiento del hospital.

Ejes del sueño

Cada uno de los voluntarios fue sometido a una electroencefalografía (EEG), que grababa la actividad bioeléctrica del cerebro.

Uno puede utizar los ejes de sueño como un biomarcador para predecir si una persona tendrá dificultades en un entorno ruidoso en el futuro o no

Jeffrey Ellenbogen, investigador de la Escuela Médica de Harvard

El equipo dirigido por el doctor Jeffrey Ellenbogen detectó pautas conocidas como ejes o husos del sueño.

Se trata de un tipo de onda cerebral que -se cree- bloquea los efectos del sonido y de cualquier otra información sensorial que pasa por el cerebro mientras dormimos.

Aquellos individuos que registraban mayor número de husos del sueño durante una noche tranquila tenían menos posibilidades de ser despertados por los ruidos que soportaron en la segunda y la tercera noche, y muchos de ellos confesaron no haber sido conscientes del ruido en absoluto.

"En los últimos años hemos descubierto que los ejes del sueño son generados por el tálamo. Y como ésta es la puerta de la información sensorial del cerebro, la hipótesis es que los husos del sueño son indicadores del bloqueo de ruido mientras dormimos", afirmó Ellenbogen.

"Nuestro estudio confirma esta teoría en seres humanos y da un paso más allá: uno puede utilizar los ejes de sueño como un biomarcador para predecir si una persona tendrá dificultades en un entorno ruidoso en el futuro o no".

Proteger el sueño

Electroencefalograma

Los voluntarios fueron sometidos a electroencefalogramas.

Los investigadores esperan que estos resultados permitan mejorar el ritmo natural del cerebro que protege el sueño.

"Tenemos mucho trabajo por hacer antes de que esto pueda ser aplicado a personas, principalmente porque queremos estar absolutamente convencidos de que es efectivo y seguro. Pero tanto si ocurre el próximo año o en la próxima década, esta investigación sienta las bases para soluciones relacionadas con el cerebro en entornos ruidosos", concluyó el investigador.

Comentando en el estudio, el doctor Chris Idzikowski, director del Centro de Sueño de Edimburgo, en Escocia, afirmó que los ejes el sueño siempre habían sido considerados como distintivos del dormir pero que su función específica no había estado clara.

"Es una investigación interesante que relaciona modestamente los husos del sueño con el bloqueo de los estímulos acústicos", afirmó.

bbc.co.uk

jueves, 12 de agosto de 2010

Nuestro cerebro se cablea como Internet


Se organiza como una red interconectada y no como un sistema jerárquico

El cerebro se organiza y se cablea como una gran red interconectada -similar a internet- y no como un sistema jerárquico donde se dan órdenes desde la cúpula, como se creyó por mucho tiempo, afirma una nueva investigación.

El hallazgo se produjo luego que Larry Swanson y Richard Thompson de la Universidad del Sur de California en Los Angeles, Estados Unidos, inventaran una nueva técnica para seguir la señal de pequeñas regiones del cerebro relacionadas con el estrés, la depresión o el apetito.

Los resultados de su investigación, que fueron publicados en la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencia de EE.UU., podrían conducir a un nuevo mapa de todo el sistema nervioso.

Hablar con el jefe.

Los científicos aislaron una pequeña sección del cerebro de una rata en el núcleo accumbes, una región relacionada con el placer y la recompensa.

Luego inyectaron localizadores -moleculas que no interfieren con el movimiento de las señales a lo largo del tejido, pero que sirven para iluminarlas e identificarlas en las distintas zonas al mirarlas través de un microscopio- en lugares específicos del tejido cerebral.

La novedad resultó en que los investigadores inyectaron dos marcadores en cada uno de los puntos a la vez: uno que mostraban hacia donde iban las señales y otro que enseñaba de dónde venían.

Nos sorprendería comprobar cuánta de la experimentación actual de la literatura neurocientífica está dominada por el pensamiento de que el cerebro actúa como en una estructura jerarquizada, algo que se remonta al siglo XIX, especialmente en neurología

Con este enfoque se podían observar hasta cuatro niveles de conexión.

Si el cerebro tuviera una estructura jerárquica, como por ejemplo las grandes compañías -tal y como la neurología ha sostenido por mucho tiempo- el diagrama habría mostrado líneas directas entre las distintas regiones del cerebro en dirección a una unidad de procesamiento: el despacho del jefe de la empresa.

En cambio, los científicos detectaron curvas y serpenteos entre las distintas partes del cerebro, y enlaces directos entre regiones que no se sabía que se comunicasen la una con la otra.

Y este modelo concuerda mucho más con la idea de que el cerebro es una gran red de comunicación, similar a internet.

La hipótesis de una estrutura tan altamente relacionada había circulado desde hace tiempo y podría ser una importante herramienta a la hora de analizar los procesos cerebrales de organización de información.

Pero hasta ahora no se había demostrado experimentalmente.

El gran mapa del cerebro.

"Nos sorprendería comprobar cuánta de la experimentación actual de la literatura neurocientífica está dominada por el pensamiento de que el cerebro actúa como en una estructura jerarquizada, algo que se remonta al siglo XIX, especialmente en neurología", le dijo el profesor Swanson a la BBC.

"Lo importante es que, con independencia de lo que creamos, el circuito que hemos mostrado, el conjunto específico de conexiones estructurales, no se había demostrado antes".

El trabajo ilumina una pequeña punta del iceberg del gigante número de conexiones presentes incluso en los cerebros de los mamíferos más pequeños.

Pero al sobreponer el mapa de las distintas regiones se podría obtener una gran imagen de cómo funciona todo.

"El método se puede repetir de manera razonable, de forma que las conexiones neuronales se pueden seguir hasta allá donde lleguen y finalmente se puede obtener el diagrama de todo el cableado del cerebro", afirmó Swanson.

El diagrama podría ser ilimitadamente complejo y el grado en el que podría arrojar luz acerca de cuestiones resbaladizas como la conciencia o la cognición es todavía debatido.

Jason Palmer
BBC, Ciencia y tecnología

lanacion.com.ar