martes, 20 de julio de 2010

Asocian el suicidio con la contaminación ambiental y el asma


La contaminación del aire y los síntomas asmáticos elevarían el riesgo de suicidio, de acuerdo a dos nuevos estudios en Asia.

Un equipo en Taiwán atribuyó por lo menos uno de cada 14 suicidios juveniles al asma, una enfermedad que padece el 10 por ciento de los niños.

"Esto muestra otro efecto negativo de la contaminación", dijo el doctor Wayne Katon, psiquiatra de la University of Washington, en Seattle.

"El suicidio representa un impacto adverso en la sociedad", agregó Katon, que no participó en el estudio.

Los autores afirmaron que esta es la primera vez que se evalúa el papel de la calidad del aire en la relación entre el asma y el suicidio.

La contaminación por partículas, como el humo, el polvo o los metales pesados, irrita las vías aéreas y agrava el asma, y varios estudios también la habían asociado con la enfermedad cardíaca.

Sin embargo, se desconoce qué impulsa al suicidio.

Para Katon, una posibilidad es que la pérdida de salud física genere sentimientos suicidas en una persona, sobre todo si ya tenía una enfermedad crónica.

Los dos estudios publicados en American Journal of Psychiatry destacaron la necesidad de tratar la salud física y mental como un todo. "A todos los pacientes con enfermedad crónica hay que evaluarles los síntomas depresivos", sostuvo.

En uno de los estudios, los autores analizaron más de 4.000 suicidios en siete ciudades de Corea del Sur y registraron que el aumento de la contaminación por partículas elevaba un 10 por ciento el riesgo de suicidio.

El equipo de Changsoo Kim, de la Facultad de Medicina de la Universidad Yonsei, precisó que 23 de cada 100.000 surcoreanos cometen suicidio.

Al desglosar esos datos, los que habían recibido tratamiento cardiovascular el año previo al suicidio fueron los más vulnerables a la contaminación, con un 19 por ciento más en riesgo de suicidarse.

Los investigadores sostienen que la contaminación con partículas causa inflamación en el organismo.

Eso quizá potenciaría la inflamación derivada de la enfermedad cardíaca subyacente para agravar los síntomas depresivos.

Pero, según Katon, "la contaminación del aire también podría empeorar la autopercepción de la salud, lo que agravaría los problemas mentales".

El estudio sobre asma, del doctor Chian-Jue Kuo, de la Universidad Nacional de Taiwán, también subrayó la importancia de los factores psicológicos.

Entre casi 163.000 estudiantes secundarios seguidos durante 12 años, las sibilancias y otros síntomas asmáticos no aumentaron sorpresivamente la posibilidad de que los estudiantes murieran por trastornos como el cáncer o las cardiopatías.

Pero durante ese período, los síntomas asmáticos duplicaron la tasa de suicidio (de 5 por cada 10.000 a 1 por cada 1000).

Eso significa que el asma habría inducido uno de cada 14 suicidios juveniles en Taiwán.

El asma en Estados Unidos afecta a tres de cada 30 niños, según los autores.

"El suicidio es una consecuencia rara, pero trágica, y su relación con el asma reflejaría que el estrés mental es muy común", escribieron los autores.

"El personal escolar, médico y la familia deberían recordar la necesidad de tomar medidas de prevención para mejorar la salud mental de los jóvenes, en especial aquellos con los síntomas más graves y persistentes de asma", agregaron.

buenasalud.com

analitica.com

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