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Los adultos mayores verbalizan las cosas para no olvidarlas.
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Los chicos, "hablan" con amigos imaginarios.
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Pregunta:
¿Por qué la gente "normal" habla sola?
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Respuesta:
el viejo chiste dice que es porque es la única forma de asegurarse de tener una conversación inteligente. Sin embargo, esta costumbre tendría algunos usos concretos.
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Los nenes chiquitos conversan, por lo general, con un amigo imaginario o con un amigo real que simplemente no está allí" señaló el investigador Randy Engle, profesor de Psicología en el Georgia Institute of Technology, en los Estados Unidos.
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Y esto es parte normal de su desarrollo psico-cognitivo, según aclaró.
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"En cambio, cuando los adultos hablan solos" -puntualizó el profesor- "podría ser el reflejo de una enfermedad mental aunque la mayoría de la gente lo hace".
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Engle agregó que todavía faltan datos exhaustivos sobre por qué se pueden observar personas sin demencias hablando solas, pero mencionó dos teorías que son muy factibles.
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"Una es que cuando leemos algo complejo, decirlo en voz alta ayuda, ya que al oirlo, al escuchar las palabras exactas, eso nos brinda otra pista para recordarlas.
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Se comprobó que escuchar nuestra memoria auditiva interna ayuda mucho a comprender una oración particularmente compleja" añadió Engle.
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Una segunda razón tiene que ver con algo llamado memoria prospectiva.
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Es decir, "a medida que envejecemos, empeora nuestra capacidad para acordarnos de hacer cosas que queremos poner en marcha inmediatamente", explicó Engle.
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Al igual que atarse un cintita roja en un dedo
(como recurso para no olvidar algo),
el hecho de escucharnos hablar, verbalizar, nos ayuda a recordar lo que tenemos que hacer.
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"Puede ser algo tan sencillo como hablar de tener que ir a buscar la ropa al lavadero, pero cuando más sirve es cuando se refiere a algo que rompe con la rutina".
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"Es decir, si lo hiciéramos cada vez que queremos recordar algo que ocurre todos los días no funcionaría como esperamos.
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Si algo sabemos sobre la cognición es que funciona mejor con aquellas cosas distintas o nuevas", concluyó el profesor Engle.
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TRADUCCION:
Silvia S. Simonetti
THE NEW YORK TIMES.
ESPECIAL
Clarin
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