- Algunas de las esperanzas depositadas por padres e investigadores en una terapia para el autismo (conocida por sus siglas inglesas, PACT) se han venido abajo.
Este tipo de intervención, que tiene como objetivo mejorar la comunicación entre los padres y sus hijos afectados, así como el desarrollo social del menor y su lenguaje, no logra mejorar los síntomas del trastorno, tal y como acaba de poner de manifiesto una nueva investigación. Afortunadamente, sí beneficia claramente a la comunicación entre familiares.
La investigación, publicada primero 'on line' por la revista 'The Lancet', será presentada en la Reunión Internacional para la Investigación del Autismo (IMFAR) que ha empezado a celebrarse en Filadelfia (EEUU). Dirigida por Jonathan Green, de la Universidad de Manchester (Reino Unido), ha sido posible gracias a la participación de tres centros asistenciales especializados (localizados en Londres, Manchester y Newcastle) y de 152 menores con autismo y sus padres.
"En el pasado se han producido algunos pequeños estudios prometedores que han constatado que determinadas intervenciones precoces para ayudar al desarrollo de la comunicación social son eficaces en pequeños con autismo. Nuestro objetivo era comprobar si un enfoque específico para ayudar a la comunicación entre padres e hijos en el autismo era más efectivo que los tratamientos actuales que de forma rutinaria siguen estos niños", recuerdan los investigadores.
Los pequeños fueron divididos en dos grupos. Así 77 recibieron la intervención PACT, además de la terapia tradicional y los 75 restantes, se sometieron únicamente al tratamiento estándar. Es decir, una combinación de psicoeducación e intervenciones focalizadas a la comunicación, al comportamiento y al desarrollo del lenguaje. Todas esta terapias proceden de servicios genéricos y especializados prestados por los servicios sanitarios, educativos y sociales locales.
El tratamiento PACT, por su parte, va dirigido a fomentar la interacción social, el lenguaje y la comunicación. Los padres mantienen sesiones clínica individuales con el terapeuta y el menor, para ayudarles a adaptar su estilo de comunicación a las alteraciones de su hijo y responderles con mayor sensibilidad y capacidad de respuesta. Se les enseña además a que empleen un lenguaje que se adapte al nivel de sus hijos. "Mediante el uso de vídeos 'feedback' se les introducen las estrategias que facilitan la comunicación y la participación infantil, como las rutinas de acción o secuencias de comandos verbales repetida", destacan los autores en su estudio.
Tras estos encuentros iniciales, las familias son atendidas en dos sesiones clínicas a la semana a lo largo de seis meses (hasta un máximo de 18), además de recibir un seguimiento posterior de 30 días. Se les invita también a practicar 30 minutos al día en casa, las 'lecciones' aprendidas en la sesión clínica, que son grabadas por el especialista.
A los 13 meses de la terapia, tanto los niños que recibieron el PACT como la terapia estándar se sometieron a un 'test' que permite medir la severidad y la posible mejoría de los síntomas del autismo. Los datos revelan que la severidad se redujo 3.9 puntos en el grupo de la intervención en comparación con los que siguieron la terapia convencional (2.9 puntos).
"En base a estos hallazgos no podemos recomendar la inclusión de la intervención PACT para el tratamiento del autismo, como una terapia rutinaria para la reducción de los síntomas del trastorno".
Sin embargo, el tratamiento sí logra mejorar de forma significativa la comunicación de los padres con sus hijos. "Este estudio se suma a la evidencia positiva que apunta que las intervenciones en niños con autismo en edad preescolar mejoran su interacción social de y su comunicación. También ofrecen apoyo a los padres tras del diagnóstico" .
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