sábado, 1 de diciembre de 2012

Identifican científicos brasileños toxina ligada a Alzheimer y depresión


Un grupo de investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) en Brasil identificó una toxina que está presente, con altas concentraciones, en el cerebro de pacientes con Alzheimer y depresión.
Se trata de un peptideo conocido como beta-amiloide o abeta (ala pequeña), que es producido de forma natural por el cerebro, informó el portal de internetCiencia Hoje de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia.
Dicha toxina es registrada en altas concentraciones en el cerebro de portadores del mal de Alzheimer. El peptideo perjudica las conexiones nerviosas y provoca los problemas de pérdida de memoria y de cognición asociados a esta enfermedad.
Esta sustancia también puede ser encontrada con altas concentraciones en pacientes que sufren de depresión, que es uno de los síntomas psiquiátricos más comunes en la fase inicial del Alzheimer.
Los resultados del estudio de la UFRJ fueron destacados en la última edición de la revista científica internacional Molecular Psychiatry. Los investigadores descubrieron que ratones de laboratorio a los que se les suministró la toxina para inducirles el mal de Alzheimer presentaron mejorías en la memoria y en las alteraciones de humor cuando fueron tratados con medicinas contra la depresión.
Los experimentos fueron realizados en 100 ratones de laboratorio, los cuales fueron evaluados tras las primeras 24 horas de aplicación de la toxina y ocho días después, explicó el investigador del Instituto de Bioquímica Médica de la UFRJ, Sergio Ferreira, uno de los responsables del estudio.
Los animales a los que se les inyectó el peptideo presentaron síntomas como la pérdida de la memoria y alteraciones compatibles con comportamiento depresivo. "Descubrimos que el peptideo provoca un proceso inflamatorio en el cerebro y que está relacionado con la pérdida de la memoria y la depresión, pero aún es necesario comprobar si existen asociaciones moleculares entre esos efectos y la inflamación", según el biofísico.
"Entonces comenzamos a pensar en una forma de tratar los síntomas. Pensamos en utilizar antidepresivos y optamos por la fluoxetina, que es usada para tratar la depresión. Sabíamos que la medicina mejoraría el humor, pero nuestra sorpresa fue que también mejoró la memoria de los animales", según el investigador.
De acuerdo con Ferreira, el resultado permite pensar en el uso de la fluoxetina para tratar el Alzheimer. "No podemos decir que es la cura, sino que puede ser un tratamiento. Pero ahora tenemos que hacer muchos estudios con animales para determinar si ese tratamiento puede funcionar o no", agregó.
jornada.unam.mx

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